miércoles, 12 de agosto de 2009

MECANISMO DEL HAMBRE Y APETITO

Por : Luis Burgos


El mecanismo que controla las sensaciones de hambre y saciedad es muy complejo, aunque se han realizado estudios en profundidad para comprender su funcionamiento, todavía estamos lejos de solucionar el rompecabezas que supone el sistema neurohormonal que le indica a nuestro cerebro cuando sentir hambre o saciedad.

Una cosa si parece clara, la clave para mantener el peso ideal está en el equilibrio entre la energía que nuestro organismo gana y la que gasta. El problema es que el suministro de la energía necesaria no se produce de forma automática.


Pongamos un ejemplo para entenderlo:

Si nuestro organismo necesita más oxígeno, el corazón automáticamente bombea más rápido para satisfacer esa necesidad, nosotros no tenemos que hacer nada al respecto; pero si necesita más energía, se la tenemos que suministrar ingiriendo alimentos. ¿Qué ocurre si en ese momento no tenemos nada para alimentarnos? Igual que necesitamos el oxígeno constantemente, nuestro cuerpo necesita energía constantemente. ¿De dónde la obtiene? Principalmente, de la energía almacenada en forma de grasa. ¿Cómo determina la cantidad de grasa que debe almacenar? Ese es el problema.

Para poder tomar una decisión, el sistema neurohormonal, dispone de una red de sensores que envía información a un centro situado en el hipotálamo. Sensores situados en el estómago informan cuando este está lleno o vacío; otros sensores transmiten información sobre el nivel de grasa en la sangre; otros, sobre el nivel de azúcar; hay sensores en los intestinos, etc.
Nuestro cerebro también guarda información sobre el tiempo que pasa entre una comiday la siguiente, y la cantidad de energía consumida en ese período.


Después de procesar toda esa información, el cerebro, determina la cantidad de alimento que necesita, y el acopio de grasa necesaria para hacer frente a cualquier eventualidad.

Para complicar el asunto, ademas del mecanismo del hambre, está el mecanismo del apetito. Llamamos apetito al “deseo” de ingerir alimentos, mientras que el hambre responde a la “necesidad” de alimentarnos.

Normalmente cuando tenemos hambre tenemos apetito, pero no siempre que tenemos apetito es por necesidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario